viernes, 21 de enero de 2011

REPRESAS DE LA PAZ PRESENTAN NIVELES BAJOS PARA EL ABASTECIMIENTO DE AGUA POTABLE


  • Lidema dice que nuestro derecho humano de acceso al agua es muy vulnerable
  • Edwin Alvarado: “No podemos seguir dependiendo exclusivamente de las lluvias”

“Preocupa que sigamos dependiendo casi exclusivamente de las lluvias y que a más de diez años del siglo XXI no se hayan diversificado las fuentes de almacenamiento de aguas superficiales para abastecer a la población”, señaló Edwin Alvarado, Coordinador Nacional de Comunicación de LIDEMA al evaluar el nivel de acumulación de este recurso para su distribución a la población durante 2011.
 Para Alvarado, “son muchos los años que se vienen mostrando proyectos de nuevas represas; pero hasta la fecha no se visualizan inversiones y trabajos en el área, que debieran estar orientados a garantizar el constitucional derecho humano fundamentalísimo de acceso al agua, un esfuerzo al que debieran contribuir desde los municipios, las gobernaciones y el Ministerio de Medio Ambiente y Agua de forma concurrente”, aseguró.
 “Debemos ampliar y diversificar nuestra capacidad de embalse de aguas superficiales, previendo el crecimiento poblacional y los impactos del cambio climático que redistribuirán y reconcentrarán las lluvias, haciendo que en esta parte del territorio boliviano sean cada vez más dispersas, escasas, fugaces e irregulares, lo que eleva nuestra vulnerabilidad”, aseguró.
 Por su parte Lidia Chavez, del Centro para el Desarrollo Sostenible Molle, señaló que se requiere una “gestión profesional de recursos hídricos que invierta en función a la información científica con la que ya se cuenta, referida a los impactos del cambio climático, la recurrencia de los fenómenos climatológicos extremos, al crecimiento poblacional y el derecho constitucional y derecho humano fundamental del acceso al agua”
 “No podemos estar expuestos a que un día falte el líquido elemento para el uso y consumo urbano. Entre La Paz y El Alto prácticamente se superan los dos millones de habitantes y hoy está en vilo la distribución de agua, porque nadie puede garantizar que al año llueva en cantidad suficiente y de manera oportuna”, acotó Chavez·
 “Para el colmo, algunos jóvenes de la zona sur han empezado ya el juego con agua por carnaval, mostrando su absoluta falta de conocimiento y sensibilidad en el trema del agua. Aquí debemos intervenir medios de comunicación, el Estado con apoyo  de absolutamente todas sus reparticiones y las entidades de la sociedad civil para evitar el desperdicio del líquido elemento”, concluyó.
 Las represas de Hamp’aturi, Chuquiaguillo y Tuni-Condoriri que abastecen a las ciudades de La Paz y El Alto acumulan hoy muy escasas cantidades de agua para distribuir en la población, y del comportamiento de las lluvias dependerá la posibilidad de futuros racionamientos, aún más intensos inclusive que los silenciosamente experimentados los últimos meses de 2010.

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